El
famoso cuento de Oscar Wilde titulado “El fantasma de Canterville” se aleja
completamente de los cuentos clásicos de fantasmas. Con el escepticismo del
señor Otis nos insertamos en una obra en la cual el materialismo y el
modernismo se contraponen con la figura del fantasma de Canterville, el cual
proviene del siglo XVI.
Con una pluma difícil de comparar, Wilde construye un
fantasma que es opuesto a todas las obras sobre eventos sobrenaturales. Éste
fracasa constantemente en cada aparición y los diversos elementos del mercado
moderno (quitamanchas, lubricantes, remedios para la indigestión), que le
recomienda la familia Otis, generan un efecto interesante en la trama pues se
podría pensar que establecen una ruptura con los relatos típicos.
Es decir, en esta ésta obra no
ocurre nada de lo que posiblemente un lector vaya a esperar de un tipo de género con
apariciones sobrenaturales. El espectro constantemente fracasa en cada
aparición suya, a pesar del disfraz más aterrador. En definitiva hay una inversión: teme el
ataque de los gemelos, esto da cuenta a mi entender de un tratamiento
interesante del concepto de ‘tradición’. En la obra, el siglo XVI tiene un protagonismo central: este es un siglo en el
cual uno de los mayores exponentes fue Shakespeare. Y el siglo XIX construye a aquel
pasado desde un lugar distinto, y si se
considera esto se puede pensar que las “bromas” por parte de los jóvenes le
sacan credibilidad al fantasma. Aquello, entonces, cobra una significación y un
color muy diferente. Eso no implica a mi parecer que se le saque credibilidad
al pasado sino que su comprensión es diferente, y es por ello que no produce
más miedo el fantasma de Sir Simon.
Leer el cuento de Wilde adquiere diversas
significaciones de acuerdo a la etapa en la cual estés, porque para un niño
esta historia suena infantil, pero en sí en cada página reside toda la teoría
estética que el escritor desplegó a lo largo de su corta vida en ensayos y
obras. El personaje de Sir Simon engloba gran parte de la teoría que sostiene
Wilde: pinta una mancha con lápices para simular una real, y esto nos podría hacer pensar
directamente en otra obra suya El retrato del señor W.H con el uso de
un cuadro para darle peso a una teoría falsa.
Además, el teatro cobra función
central en el cuento porque cada una de las víctimas del fantasma de Sir Simon
de Canterville fueron los espectadores de un espectro que se “disfrazó” para
asustarlos. Y es el traje un elemento central para Wilde en su ensayo La verdad de las máscaras, para pensar el gran arte de la ilusión.
No es por nada que este autor reside
entre los escritores canónicos de las letras inglesas del siglo XIX, pues sus
reflexiones sobre el arte se pronuncian a través de aquellas solemnes palabras
en boca de su valiente Virgine: “Me hizo
comprender lo que es la vida y lo que significa la muerte y por qué el amor es
más fuerte que ambas”. Y envuelta en el misterio de cómo aquella conclusión se
pudo elaborar, y por supuesto qué pudo haber ocurrido en ese período
desconocido por todos, Wilde nos invita a pensar que frente a la muerte y lo
trágico es el amor algo superior.
Escrito por Sabrina Scaramal.
Escrito por Sabrina Scaramal.
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